El apellido de Samuel, el personaje principal, no es fácil de olvidar pero, además, está cargado de significado y no fue elegido al azar, como tampoco lo fue el título de la serie: Caronte, de la que ya puedes disfrutar íntegra en Amazon Prime Video.
Un nombre que bebe de la mitología griega, en la que Caronte es el barquero de Hades (dios del inframundo), encargado de guiar a las sombras errantes de los difuntos, llevándolos en su barca para cruzar el río Aqueronte de orilla a orilla. El objetivo de Caronte es que las almas estén donde les corresponde.
Cuando las almas de los difuntos cruzaban el río en la barca de Caronte, el Can Cerbero, un perro guardián de tres cabezas, les esperaba a las puertas del inframundo y dejaba pasar a los muertos a una sala en la que tres jueces decidían dónde iban a parar en función de la vida que habían llevado: los que habían sido buenos iban a para a los Campos Elíseos -una alegoría del paraíso- y los criminales y pecadores eran lanzados al Tártaro -una alegoría del infierno- en el que eran sometidos a duros castigos durante toda la eternidad.
En la serie, el papel de Caronte es también el de guiar a las almas errantes, aquellos acusados que merecen la oportunidad de demostrar su inocencia antes de ser condenados a entrar en prisión. Les rescata del purgatorio para llevarlos, con los mejores argumentos que puede reunir, ante los jueces, que decidirán cuál será el destino final. La libertad es el paraíso, mientras que la cárcel es el infierno.
En la mitología, estas almas, cuyo destino todavía no se había decidido, necesitaban un óbolo (moneda) para pagar el viaje. Los que no podían pagar eran condenados a vagar cien años por la ribera del río hasta que, pasado este tiempo, Caronte accedía a llevarlos sin cobrar. Esta es la razón por la que en la Antigua Grecia, los cadáveres se enterraban con una moneda bajo la lengua.
En la serie vemos como, en alguna ocasión, Samuel Caronte accede a defender a un acusado como abogado de oficio, recibiendo una cantidad simbólica por su trabajo, como el Caronte de la mitología, que podía llegar a ayudar a las almas errantes sin cobrar.
En el Museo del Prado se expone la pintura más famosa del pintor flamenco Joaquim Patinir: ‘Caronte cruzando la laguna Estigia’, que representa al barquero de Hades cruzando con las almas de una a otra orilla. Por un lado está la fuente del paraíso, de la que nace el río Leteo, cuyas aguas transcurren hacia el cielo, y por el otro está el infierno, en el que Cerbero guarda la entrada.
Este es el camino: las almas de los justos van a parar a lugares felices y las de los condenados van al infierno. Pero Caronte ha llegado para encontrar la verdad y conseguir juicios justos porque, como escribió Virgilio en la Eneida, según palabras de Juno: “Si no puedo persuadir a los dioses del cielo, moveré a los de los infiernos”.