Los resultados del ensayo de fase I/II de la vacuna contra el COVID-19 que está desarrollando la Universidad de Oxford (Reino Unido) indican que no hay preocupaciones de seguridad (no provoca efectos secundarios graves, sino leves) e induce fuertes respuestas inmunológicas.
En concreto, la vacuna provocó una doble inmunidad: una respuesta de las células T en los 14 días siguientes a la vacunación (glóbulos blancos que matan a las células infectadas con el virus del SARS-CoV-2), y una respuesta de los anticuerpos en los 28 días siguientes (los anticuerpos son capaces de neutralizar el virus para que no pueda infectar a las células cuando se contraiga inicialmente).
Estos resultados, tan positivos en la vacuna británica y también en la china, han dado esperanza al mundo, pero todavía queda mucho camino por delante. María Montoya, científica del CSIC, ha explicado cuáles son los siguientes pasos a seguir para que se llegue a aprobar la vacuna definitivamente y comenzar su fabricación a gran escala.
“Ya se ha demostrado que lo efectos secundarios que provoca son leves (dolor de cabeza, fatiga o malestar general) y que genera una doble inmunidad y eso es muy positivo, pero queda por saber si esta inmunidad es suficiente, cuánto dura y si es eficiente en todas la personas, pues sólo se ha probado en un rango de edad determinado y todos los voluntarios son de raza blanca”.