A 23 kilómetros de la capital y en la urbanización con más famosos por metro cuadrado de Alcobendas, se encuentra Montealto, la última residencia de Rocío Jurado. Una mansión con planta baja, sótano, primer piso y piscina climatizada construida sobre una parcela de 2.750.000 metros cuadrados. La compró a finales de los ochenta y durante más de dos décadas fue el escenario de sus vivencias más intensas.
Con la venta de Villa Jurado en 2008 se cumplía la voluntad de la Más Grande, quién especificó en su testamento que no la comprara ningún familiar y que se vendiera antes de los dos años. También dejó claro que los beneficiarios de la venta iban a ser sus tres hijos: Rocío, José Fernando y Gloria Camila.
Una venta que no fue fácil y que tuvo un precio de salida de 6 millones de euros, y que finalmente tuvieron que rebajar hasta los 4 millones aproximadamente. El comprador habría sido un inversor inmobiliario que pretendía reformar la vivienda y ponerla en alquiler por la escalofriante cifra de 18.000€ mensuales.
El final fue otro diferente, la venta de la casa coinciden con la crisis del ladrillo en nuestro país y según La Razón, la casa ha tenido un final muy amargo. La casa habría entrado en subasta pública por ejecución hipotecaria al parecer, porque su nuevo propietario no pudo pagarla y eso que hasta el mismísimo Antonio Banderas quiso adquirirla y convertirla en un pequeño hotelito.
La casa se la ha quedado el banco, un triste final para la casa que fuera el hogar de La Más Grande. Rosa Benito no tenía ni idea de la triste noticia y la ha aceptado con tristeza.