Luis Medina, marqués de Villalba, ha vuelto al foco mediático, pero en esta ocasión no lo ha hecho por ser el hijo de Naty Abascal y el duque de Feria. La polémica vuelve a rodear a la familia quién no es la primera vez que se ve involucrada en asuntos turbios.
Querella anticorrupción a los empresarios Luis Medina y Alberto Luceño por estafar al Ayuntamiento de Madrid en la compra de mascarilla durante la pandemia, es el titular que volvía a la vida pública el nombre del marqués de Villalba. Una noticia que no sería tan dura como la que Naty Abascal tuvo que enfrentar hace casi 30 años cuando su exmarido, el duque de Feria ingresaba en prisión por varios delitos de tráfico de drogas y corrupción de menores. Estuvo cinco años presos y al poco de salir, se quitó la vida.
Naty quiso proteger a sus hijos de esta cruda realidad enviándoles a estudiar fuera de España. Ella tuvo que aguantar el chaparrón aquí sola intentado no perder su puesto en la alta sociedad ni su elegancia. Cuando Rafael y Luis regresaron a España, por suerte para ellos, se comentaba más su buena planta que la tormentosa infancia que habían tenido y cada uno pudo desarrollar su carrera profesional.
Luis, el pequeño y ahora imputado, tiene a sus espaldas una larga lista de conquistas y hasta el momento está considerado eso que llaman ‘soltero de oro’.