El calendario marcaba el 27 de mayo de 2001 cuando Fernando Torres debutaba en el primer equipo del Atlético de Madrid. Un joven de 17 años que sorprendía por su juventud y su ingenuidad y que tardaba muy poquito en convertirse en el famoso ‘Niño’ que robó el corazón de todos los aficionados.
Casi 20 años después, el excolchonero se ha convertido en todo un hombre y desde que dejó el mundo del fútbol en 2019, menudo hombre. El de Fuenlabrada se ha aficionado al mundo del fitness en cuerpo y alma y atrás quedaron esos delgados bracitos con los que saltó por primera vez al terreno de juego. Sus nuevas extremidades poco tienen que envidiar a las de ‘Thor Ramos’, si es que no le entra ni el polo.
Ahora el pollo se ha convertido en gallo. Brazos de culturista, espalda de nadador y cuello de piloto de Fórmula 1 que ha conseguido gracias a una de sus aficiones más desconocidas, el boxeo. Agárrense porque el duelo final entre Thor y Torres no ha hecho más que comenzar.