Rosario Porto se ahorcó el pasado miércoles en su celda de la cárcel de Brieva (Ávila). Fue condenada a 18 años de prisión por matar a su hija, Asunta. ‘Ya es mediodía’ ha hablado en exclusiva con una funcionaria de la cárcel que detalla cómo se encontró la estancia tras el suicidio y cómo fueron sus últimos días.
La funcionaria con la que ha hablado Marc Calderó ha detallado que Porto apenas se relacionaba con nadie y que pasaba el tiempo leyendo, escribiendo, haciendo crucigramas y sudokus. Afirma que en ella “nadie vio nunca una conducta extraña”. Eso sí, no se relacionaba con sus compañeras ni participaba en las actividades que se organizaban. “Su soledad se incrementó cuando era una de las pocas internas que no recibía apenas visitas”, explicaba la funcionaria.
Marc Calderó nos detalla cómo estaba la celda tras el suicidio: “Rosario Porto antes de ahorcarse guardó sus pertenencias en bolsas de plástico y dobló su ropa. Cuando entraron en la celda estaba impoluta, ordenada como nunca antes la habían visto”. El periodista explica que esto supone que, tras varios intentos de suicidio, esta vez sí que tenía la intención de quitarse la vida.
El periodista ha contado que Rosario Porto se ahorcó con el cinturón morado de un albornoz que utilizaba, como le contó la funcionaria de prisiones. Se ha abierto una investigación por la muerte de Rosario Porto y ha aplicado el protocolo antisuicidio a Alfonso Basterra.
Rosario Porto estaba en la cárcel por haber asesinado a su hija adoptiva, Asunta. Ya llevaba encerrada siete años y había pasado por tres prisiones: A Lama (Pontevedra), Teixeiro (La Coruña) y Brieva (Ávila). No era la primera vez que intentaba quitarse la vida: en noviembre de 2018 intentó asfixiarse con un cordón en la ducha, pero alertó a su compañera de sus intenciones y los funcionarios pudieron impedirlo. Previamente también había intentad autolesionarse y en febrero de 2017 ingirió varias pastillas de un medicamento que tomaba habitualmente y que le llevó a ser ingresada en el hospital. Por todo ello se le aplicó en varias ocasiones el protocolo antisuicidios.
Asunta Basterra murió asfixiada el 21 de septiembre de 2013. Tenía 13 años. La justicia declaró culpable del crimen a Rosario Porto, su madre adoptiva, aunque "en ejecución del plan preconcebido" con Alfonso Basterra.
La niña tenía 0,68 milígramos de lorazepam por mililitro de sangre, una dosis "altamente tóxica" y que equivale a tomar más de 27 pastillas de este producto, consumidas durante la comida del día 21 de septiembre o después.