Anna Parker es una de los millones de personas que están sufriendo la invasión Rusia sobre Ucrania. Ha contado que en su ciudad ya no hay suministros básicos: ni luz, ni agua, ni comida, ni medicamentos. Han llegado a una situación tan extrema que tienen que coger “agua de los charcos” para poder beber, con todos los peligros de salubridad que ello conlleva.
A pesar de su situación tan extrema, la ayuda humanitaria no llega: “Rusia nos está diciendo que sí, pero al final la están bloqueando adrede”. También ha contado que los soldados rusos “están disparando a la gente normal”.
Toda la precariedad que están viviendo se combina con el miedo a los bombardeos: “Dormimos vestidos y tenemos siempre la mochila preparada por si hay que bajar al refugio”, ha dicho Anna.
Anna se ha derrumbado cuando Sonsoles Ónega le ha preguntado a Anna que qué es lo que pide en estos duros momentos. “Yo pido que nos ayude Europa, que nos saque de aquí, por favor. Tengo una familia en España, pero no puedo salir de aquí”, ha contado.