Juan Luis Tena nos ha mostrados muchas situaciones en las que las carambolas del destino han conseguido evitar auténticas desgracias, pero en esta ocasión, nos ha dejado ojipláticos con lo sucedido durante una comida familiar.
Una familia estaba comiendo tranquilamente en el salón de su casa cuando el ventilador de hélices que tenían en el techo de desplomó y un golpe de suerte hizo que las hélices cayeran justo entre tres de sus miembros sin causarle mayor daño que el gran susto.
La suerte consiguió que la familia no sufriera daños que podrían haber sido de gran gravedad debido a la fuerza y la velocidad con la que se mueven las aspas de dichos ventiladores.