El hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin deja el Barça y se enfrenta a una nueva etapa en el Club Balonmano Granollers, momento que ha elegido para conceder a un medio deportivo su entrevista más personal.
Una entrevista en la que el deportista vuelve a mostrarnos ser un tipo educado y que se toma la vida con mucha naturalidad “Yo me encuentro bien. Aunque estos últimos años han sido algo difíciles por todos los paparazzi y los medios y tal".
Asegura que él sabe lo mucho que se quieren los miembros de su familia y que no le preocupan lo que diga la prensa “Desde muy pequeño me he acostumbrado al tema de los medios, así que es una cosa que puedo ignorar bastante fácilmente y no me descuadra cuando juego”.
Sobre el divorcio de sus padres, sigue intentando mantenerse neutral “Sé los nombres que tengo, pero intento que no me pongan de un lado ni de otro”. Y es que tiene claro que ambos le han enseñado a ser quién es “La educación de mis padres ha sido perfecta. Me han educado a ser uno más, a no creerme nadie. Soy una persona medianamente normal y a la gente creo que le caigo bien, que es lo que más me importa”.
Eso sí, asegura notar el prejuicio de la gente por ser hijo de quién es “yo lo noto, obviamente, pero no es una cosa que a mí me afecte mucho porque ya me ha pasado esto durante varios años. Al principio sí que dices “¡Ostras! ¿Por qué me pasa esto?” Pero yo ya lo tengo aceptado y no creo que pueda afectarme mucho más”.
La sensatez y la amabilidad de Pablo Urdangarin han vuelto a chocar una vez más con la antipatia y la frialdad con la prensa de su prima Victoria Federica. La influencer, con una mancha en el vestido, volvió a pedir que los medios no se acercaran a ella y solo dejó que le hicieran fotos en la zona habilitada.