Son muchas las joyas con las que cuenta el lujoso joyero de la difunta Isabel II de Inglaterra y aunque su corana le acompañará hasta el último momento, la Reina será enterrada únicamente con sus dos joyas preferidas: sus pendientes de perlas y su anillo de casada.
Su alianza matrimonial y sus míticos pendientes de perlas, son las dos únicas piezas de joyería que la fallecida Isabel II eligió para ser enterrada. Dos de las piezas más modestas de su lujosísimo joyero, pero sus preferidas y con un mayor significado simbólico.
La corona real o conocida como corona de San Eduardo es la joya más valiosa de la Casa Real Británica, una pieza única y de valor incalculable, que acompañará a la fallecida Isabel II hasta la llegada al sepulcro, pero que volverá a ser utilizaba por su hijo Carlos III, actual Rey de Inglaterra.
Del joyero real, se presupone que las joyas más importantes serán repartidas entre la reina consorte y la Kate Middleton, aunque por descendencia parece que el resto de herederos también contaran con algunas joyas del joyero real y hasta Meghan Markle tendrá una parte.