Medido, planeado desde hace años y con cada movimiento estudiado hasta el más mínimo detalle, el rigor inglés ha regido los diez días de luto oficial tras el fallecimiento de la reina Isabel II de Inglaterra. Todo estaba tan medido que cualquier mínimo detalle que se saliera de lo estrictamente protocolario se ha convertido todo un escándalo.
Un pequeño gesto como la visibilidad del logo de la empresa funeraria en el primer coche que trasladó el cuerpo sin vida de la Reina desde el Palacio de Balmoral a Londres. Una imagen que se hizo viral al instante y que en la primera parada del coche fue borrada inmediatamente.
Un mínimo detalle que ha provocado que la empresa funeraria ha tenido que cerrar ante el aluvión descomunal y desproporcionado de servicios que está recibiendo en los últimos días.