La infancia de Miren fue todo un sufrimiento. Sus primeros años de vida los pasó en un orfanato aterrador de San Sebastián durante los años sesenta. Allí vivió momentos dramáticos: “No nos trataban bien, si me hacía pis me metían la cabeza en agua fría y después me metían en el armario mojada”. Pero los malos tratos no quedaban ahí: “Si nos portábamos mal se disfrazaban de lobos y nos perseguían aullando”.
Sin embargo, hay algo que Miren recuerda con cariño: “Había un niño en el orfanato que se llamaba David y yo siempre estaba con él”. Con el tiempo Miren fue adoptada y sus nuevos padres le contaron la verdad de su infancia: “Me explicaron con doce años que era adoptada y me contaron que aquel niño al que yo llamaba David era en realidad mi hermano biológico”.
La vida de Miren, con la adultez, no mejoró: “Viví malos tratos en un matrimonio y perdí a un bebé con 47 días”. Ahora viene hasta ‘Volverte a ver’ para reencontrarse no solo con David, también con otros hermanos que años más tarde descubrió que tenía.