Manuel Fernández Padín es historia viva del narcotráfico gallego y un viejo conocido de la Audiencia Nacional. En 1994 delató al peligro clan de ‘Los Charlines’ durante la famosa Operación Nécora. “Hoy día no volvería a delatar a ‘Los Charlines’, han pasado 26 años y sigo teniendo algo de miedo y lo voy a tener de por vida. Yo fui el tonto que metió la pata”, asegura Fernández Padín, que se convirtió en uno de los primeros testigos protegidos del Estado.