Se trata de una imagen inesperada y que dará mucho que hablar. Tan solo un día después de la llegada del rey emérito a nuestro país, Don Juan Carlos ha cambiado Sanxenxo por Pontevedra para acudir a un partido de balonmano de su nieto Pablo Urdangarin.
Las cámaras de 'Viva la vida' han sido testigo de una imagen que hace tan solo unos meses no habríamos podido ni imaginar. El rey emérito, en compañía de dos de sus grandes amigos, acudía a un polideportivo público y, como un familiar más, se sentaba en la grada para animar desde allí a su nieto.
Tal y como muestran las imágenes, Pablo Urdangarin no ha recibido con especial efusividad a su abuelo al inicio del partido, al que apenas ha dedicado un saludo con la mirada al inicio del partido, sin embargo, tras el pitido final abuelo y nieto se han fundido en un cariñoso abrazo.