A pesar de llevar años hablando de los rostros del corazón, poco se sabe de la vida privada de Marisa Martín-Blázquez, expareja de Antonio Montero. La periodista se abre en una entrevista íntima con Emma García para hablar de distintos aspectos de su vida relacionada con la culpa, el miedo o el amor.
Marisa se ve a sí misma como una persona muy autoexigente y con la presión de estar siempre a la altura de lo que se espera de ella. Además, habla de la figura de su padre, de lo que ha significado para ella, y reconoce que nunca hizo un duelo hacia él y ha ido acumulando muchas lágrimas que un día decidió soltarlas todas juntas.
Muchas experiencias vividas que Marisa ha ido soportando con fuerza, luchando contra las adversidades, incluso relacionadas con la salud de sus hijos. Pero su padre siempre le inculpó la filosofía de mantener la calma, y se siente orgullosa de ello.
En cuanto al amor, Marisa dice sentirse muy afortunada. Confiesa que tiene pareja y que entiende el amor en todas sus versiones: “Estoy capacitada de dar y entregar mucho amor”. Aunque la periodista reconoce que le cuesta decir “te quiero”.