De la unión fugaz pero intensa entre Rosario Flores y el actor argentino Carlos Orellana nació Lola, una niña que llegaba apenas un año después de la muerte de su abuela, la gran Lola Flores, y que llenaba de amor el hogar de una de las familias más famosas de nuestro país.
Poco después de su nacimiento, la cantante y el actor se separaban entre rumores de terceras personas entre ellos, algo que no perjudicó en absoluto a la relación de los padres de Lola, que se volcaron juntos en proporcionarle a la pequeña una vida alejada de los focos.
24 años después, y tras verla en la boda de su prima Elena Furiase, la prensa ha recuperado el interés en esta joven de la que poco se sabía hasta el momento y que ha dejado a muchos impresionados por su gran y desconocido talento para el arte.
Tal y como ha podido averiguar el equipo de este programa, Lola Orellana es una apasionada del arte tal y como demuestran algunos de sus dibujos: "Tiene influencias de Picasso y de Frida Khalo, sus obras son tremendamente reivindicativas".
Además de su pasión por el arte, Lola ha estudiado artes plásticas en Londres, que se ha especializado en fotografía y que se ha formado para ser ayudante de dirección. De hecho, la única hija de Rosario Flores ha llegado a trabajar en la exitosa serie 'Juego de tronos'.