José Antonio Avilés se ha sincerado con Emma García y ha confesado, además de que le daba vergüenza mirar a la presentadora a la cara, que en septiembre empezó a tener ataques de ansiedad y, por recomendación de Carmen Borrego, acudió al médico, que le derivó al psicólogo. Allí comenzó a ser consciente de la vida paralela que llevaba, que se estaba engañando a sí mismo y que no se lo contó a nadie.
Cuenta que el origen de todo está en su infancia y reconoce que para él es un alivio que se sepa todo: “Todo empezó en el cole, con seis años, desde primero hasta sexto de primaria, fueron los años más duros de mi vida. Era afeminado, gordito y eso la gente no lo entendía. Me pegaban en el cole diariamente, y en la calle también”.
Esta situación se prolongó hasta que José Antonio cambió de colegio, en sexto de primaria, y cuenta que tuvo que acudir a un psicólogo para superar esta etapa de su vida. Confiesa que durante la adolescencia se alejó de sus amigos y que “estaba perdido”. Aquí, sin los problemas superados, es cuando comienza a “convertirse en otra persona, en un José Antonio de acero, kamikaze, que no puede frenar, con demonios internos”.
“No te das cuenta que puedes hacer daño”, confiesa visiblemente emocionado. “Las mentiras comenzaron cuando creé una persona paralela, que diera miedo, que la gente no quisiera pegar porque sino se meterían en un lío”, admite. “Era la forma que tenía de que no me tocasen”. “El vídeo más duro que he visto estos días es el de dos personas que me pegaron, que están denunciados desde el 2012 y se han prestado a salir en televisión sin decir nada”, añade.
Avilés reconoce su culpa en todo lo que ha hecho pero sostiene que no está llevando a cabo ninguna estrategia. Emma le recuerda a todas esas personas a las que ha hecho daño y José Antonio entona el mea culpa y pide perdón a todos. En especial, a su familia y a una persona que le dijo “para y frena” cuando descubrió todo este embrollo, su expareja: “Me tendió su mano y me acompañó al psicólogo”.
Por su parte, Emma tiene la necesidad de ser sincera con el: “Te han hecho daño de pequeño y tú ahora lo has devuelto. Ponte en el lugar de esas personas a las que les has timado o le debes dinero. No justifica todo lo que tú has hecho”. Ante esto, Avilés le da la razón pero jura que no era su intención y admite estar arrepentido.
Avilés cuenta que su ex pareja le dejó por “la vida de mierda que llevaba” pero le agradece que le llevara al psicólogo: “Me doy cuenta que mostrando a mi yo verdadero, la gente está” y reconoce que se siente solo y que se lo merece porque “se lo ha buscado él”. Emma le pregunta cómo va a afrontar todo esto cuando llegue a España y él reconoce que es un moroso, no un estafador, y que acudió a ‘Supervivientes’ para pagar sus deudas.
Señala que lo que debe no asciende a los 10.000 euros, que ya ha pagado “en orden de prioridades y cantidades” no más de 2.000 euros entre tres deudas. Y ahora, cuando le ingresen su nómina del concurso, seguirá pagando. Cuando Avilés echa en cara que algunos compañeros hayan hablado de sus deudas, Emma le dice que qué espera, si él no ha sido sincero no puede estar molesto por eso mismo.
José Antonio ha pedido a sus compañeros, al programa y a los espectadores, que le den una segunda oportunidad, porque quiere rectificar de sus errores: “En un futuro me veo siendo feliz. Pido a la gente que pare, por favor. No puedo más, tengo veinticuatro años”. Emma le ha recordado que se han sentido un tanto decepcionados con lo que ha hecho y que no justifique sus errores con su edad.
Más tarde, Avilés ha hablado del desagradable episodio que vivió junto a Kiko Matamoros, recuerda que él le dijo que era un desagradecido y le pide perdón directamente a él. Kiko acepta el perdón pero le echa en cara que no está contando la verdad y le ha dado un toque de atención: “Te estás jugando la vida, es un tema muy serio, por el camino que vas, acabas en la cárcel”.