Isabel Rábago es una asidua de las tertulias de realities y corazón, pero es una gran desconocida para el público. La periodista ha dejado a un lado su timidez y se ha enfrentado a las escaleras de las emociones para darse a conocer un poco más.
Isabel ha explicado que la culpa es algo que tiene muy presente en su vida. La periodista se siente culpable por ser “ingenua y confiada con la gente”: “Mucha gente me ha decepcionado, yo soy muy sincera y espero que la otra persona sea igual conmigo”.
Isabel ha relatado que tanto la culpa, como la decepción y la mentira las relaciona con un momento en el que ella estaba inmiscuída en la política: “Yo sabía perfectamente lo que iba a pasar si me metía en ese mundo, no fue nada fácil y hoy por hoy no lo volvería a hacer”.
Isabel ha recordado su infancia con gran cariño y ha recalcado que la gente tiene una idea muy equivocada de ella: “Todos se creen que soy una pija pero están muy equivocados (…) Yo vengo de una familia obrera de cuatro hermanos y a mí me educaron en el respeto (…) Agradezco a mis padres que me hayan dejado ser yo misma”.
“Es lo más grande que tengo en mi vida, mi referente en la vida, quien me pone los pies en el suelo (…) Hemos crecido juntos, desde la universidad, soy muy afortunada”. Así hablaba Isabel Rábago de su marido, el gran amor de su vida y lo único que ha conseguido que se le quiebre la voz bajando las escaleras.
Isabel ha explicado que conoció a su marido a los tres meses de empezar la carrera, en primer curso: “Carlos y yo éramos muy amigos y todo el mundo nos decía que íbamos a acabar juntos, hasta los profesores”.
Isabel solo tiene palabras de agradecimiento para él: “Es quien me quiere, me cuida, me protege, no me imagino la vida sin él ni quiero hacerlo”.