Se trata de uno de los futbolistas mejor pagados del mundo, leyenda viva del deporte rey. Junto a su mujer, Pilar Rubio, atesora una gran fortuna pero su mundo no siempre fue así. Un equipo de 'Viva la vida' se ha trasladado hasta su pueblo sevillano natal, Camas, para hablar con los vecinos y las personas que le conocieron cuando era un niño.
El hijo de Paqui y José María Ramos nacía y crecía en un humilde barrio, la atalaya de Camas, un conjunto de bloques blancos de la localidad. Allí Sergio daba sus primeros toques al balón en el parque del barrio: "A él de pequeño le gustaba jugar a ser torero y su madre incluso le llamaba 'Mi pequeño Paquirrín", nos explicaba un vecino de la zona.
Al parecer, cuando Sergio era niño era más bien bajito: "En el médico le dijeron a los padres que no se preocuparan, que iba a crecer y así fue". Un equipo de 'Viva la vida' ha accedido al bloque cuatro de la Atalaya, el humilde edificio de pisos en el que Sergio creció con sus padres y hermano. Un piso humilde, de dos habitaciones y un baño: "Aquí en el bloque de vecinos tuvimos problemas con él porque cuando llegaba de entrenar sacudía las botas por la ventana y lo llenaba todo de barro", recordaba entre risas Manuel, su vecino de abajo.
María Eva, la mujer de Manuel, pasó muchos días con Sergio Ramos y su hermano René: "Aquí se venía a veces a cenar porque yo le hacía a mis hijos filetes con patatas y eso era lo que más le gustaba a ellos, también le gustaba mucho desayunar galletas 'migás' en leche".
A los siete años Sergio Ramos ya despuntaba en el fútbol y con esa corta edad debutó en el Sevilla Fútbol Club. Los vecinos del futbolista recuerdan su debut: "Era muy valiente, era un fenómenos, valía para todas las posiciones".