“No hay manera de llevarlo de ninguna forma. Su madre no pisa ni el escalón de la puerta, va de la cama al tresillo y del tresillo a la cama”, cuenta Francisco. Relata que todo les recuerda a Reyes y así habla de él Francisco: “El más bueno del mundo, no como deportista, sino como persona”. Recuerda “esa sonrisa que él tenía, lo cariñoso que era, lo bueno que era”.