Culpa, perdón, arrepentimiento y distanciamiento. Estas son las cuatro palabras en las que había que incidir en ‘La escalera de las emociones’, una oda al 'Puente de las emociones' de 'Supervivientes'. Alejandra Rubio se ha sometido a un viaje retrospectivo para hablar de sus sentimientos, algo que reconoce que le cuesta, al igual que a Suso, que también se ha sincerado y se ha roto en lágrimas al hablar de su familia.
En el peldaño de la culpa, Alejandra cuenta que se independizó justo en el momento en el que su madre Terelu estaba tratando su enfermedad por segunda vez, algo que a día de hoy aún le pesa: “Debía haberme esperado por las circunstancias”, confiesa.
“La miraba y no sabía cómo podía aguantar tanto, yo hubiera aguantado la mitad”, dice al profundizar en lo duro que supuso esa enfermedad para la familia Campos. El perdón también ha sido dedicado a Terelu: “Ella lo aguanta mucho, que con solo 18 años dijera adiós, viviera mi vida y no permitiera que se metiera nadie: Fui injusta”.
A la hora de hablar de arrepentimiento, Alejandra reconoce que no se arrepiente de todo lo que ha hecho, que, en todo caso, se arrepentiría por cosas que no ha hecho. "Si hago algo y me equivoco, es un aprendizaje". Pero no ha ocurrido así al hablar del distanciamiento: "Mucha gente no me conoce, pero me juzgan. Me he distanciado de gente por ese motivo, de muchos malos amigos, he tenido muy malas experiencias", admite. "Siempre hay alguien que te la clava de alguna forma, y mi madre me ha advertido. He dejado a muchos amigos aprovechados atrás", añade.
Después de confesar sus sentimientos, sus miedos y sus traumas, Terelu Campos ha intervenido vía telefónica para animar y aconsejar a su hija: "No puedes estar desconfiando de la gente. Si te equivocas, te equivocas", le ha comentado. Y es que Alejandra estaba preocupada por cómo se iba a tomar su madre todo lo que ha contado sobre su vida privada: "No te tengo que perdonar".