Se llama Francisco, lleva cinco años casado aunque diez de relación. Tenía varias denuncias por malos tratos y órdenes de alejamiento por parte de su mujer. Este hombre fue condenado a 15 meses de prisión por quebrantar la orden de alojamiento, por lesiones, amenazas y maltrato.
En agosto del año 2023, tras varios recursos, todos ellos desestimados, decide cambiarse de género y acogerse a la Ley Trans. Tras el cambio de sexo, las agresiones y amenazas lejos de cesar, según la víctima han continuado y ha llegado a temer por su integridad física.
El 13 de agosto, el Juzgo de Violencia de sobre la Mujer de Sevilla, conocedor del caso, dicta auto de inhibición a los juzgados porque el sexo de la persona denunciada ha cambiado. El abogado de la víctima lucha para demostrar que el cambio de sexo se ha hecho sin la existencia de buena fe y en fraude de la ley.
'Vamos a ver' ha hablado con José Antonio Sires, abogado de la víctima, que nos ha explicado su objetivo: "Hay que distinguir dos puntos. Las agresiones hasta el cambio de sexo que se produce en el año 2023 está en solicitud de indulto por el Gobierno, que espero que sea rechazado porque no tienen argumento jurídico de peso. El otro punto es a través del cambio de sexo, que se produce en agosto del 2023, lejos de cesar en su actitud de agresiones, ha seguido con esos insultos", ha comenzado a explicar.
"Hay un dato muy sorprendente y es que un mes antes de que se dicte el acto de ingreso voluntario en prisión, es cuando recibe la inscripción registral. Desde ese mes y desde hace un año, cada vez que los agentes actúan frente a la mujer atemorizada por la situación, su argumento es "ahora soy mujer y cuidado porque me tenéis que tratar como tal", ha contado.
Sobre cómo recibe esta mujer estas novedades, nos ha explicado: "Ella ya antes de esta inhibición venía padeciendo esta injusticia y esta desolación que el sistema judicial tiene por defecto de lentitud y de desprotección. Cuando le cuento que ahora los episodios tras el cambio de sexo ya no van a ser juzgados donde conocen su caso, la desolación es todavía mayor y su última palabra antes de salir del despacho fue "sigo sin confiar en la justicia y creo que este algún día me hace algo".