Encarna, excuidadora de Félix, el hombre de 91 años presuntamente asesinado en Cullera (Valencia), comparece en el directo de ‘Vamos a ver’ para explicar lo que ha podido suceder con el párroco y la cuidadora, ambos investigados por su presunto asesinato.
La excuidadora de Félix durante 16 años quiere hacer justicia y explica que “nosotros teníamos muchísima complicidad. Él estaba muy bien de cabeza y de cuerpo, aunque tuviera esa edad. Félix era muy creyente, tenía miedo de morirse y decía que el cura le comentó que yo tenía el diablo dentro, que si seguía conmigo iría al infierno, por lo que me dijo que le diera las llaves, me pareció raro porque el día anterior me pidió ir a su casa a dormir durante unos días".
Por otro lado, la mujer detalla que "yo tenía una hija que se murió y la incineramos, recuerdo que él dijo que no quería incinerarse, que ni pensarlo, quería estar con su madre y con su hermana, por eso me parece muy raro que lo hayan incinerado porque no quería. Íbamos todos los años a poner flores al cementerio. También hablamos de los testamentos y quería dejarle todo a Juanjo, su sobrino. Se encargaba siempre de él y luego cambió de opinión para dejarle la herencia a Remedios".
Por último, Joaquín Prat concluye explicando que “ahora está Remedios, la cuidadora que estuvo con Félix tan solo 17 días, viviendo en su casa. Esta mujer ha cambiado la cerradura, ha puesto hasta su nombre en el buzón porque consiguió que el anciano cambiara el testamento a su favor y el hombre muerto e incinerado en contra de su voluntad”.
La Guardia Civil investiga a un párroco y a una cuidadora por la muerte de Félix. Ambos están acusados de extorsión y homicidio. Juan José Pinto, sobrino del fallecido, acudió a la iglesia en busca de ayuda para que cuidaran a su tío. A los 4 días, el anciano ya sufría alucinaciones y, a los 18, lo deshereda y nombra heredera universal a la cuidadora. Tras la denuncia, hablamos con Juan José.
Juan José nos cuenta en exclusiva cómo contacto con el párroco de Cullera (al cual lo consideraba “de confianza”) y cómo este le puse en contacto con Remedios, la cuidadora. A los pocos días, comenzó a ver cosas extrañas y esto le llevó a sospechar que algo sospechoso estaba sucediendo, hasta que su tío falleció días después.
La familia del fallecido comenzó a ver que se cambió la cerradura de la puerta de la casa del fallecido y esto los llevó a hacer una primera denuncia ante la Guardia Civil. Pocos días después, descubrieron que Félix había cambiado el testamento en beneficio del párroco y de la cuidadora, lo que hizo aumentar sus sospechas hacia estas dos personas.
Juan José sospecha que tanto el párroco como la cuidadora de su tío, han hecho todo esto para beneficiarse de los bienes de Félix y cuenta que "parece ser que este no es el primer trabajo que le ha ofrecido a esta mujer el sacerdote" (todo apunta a que se conocían bastante bien). Además, se sospecha que la mujer le suministraba más medicación de la que se le había prescrito.
"Él se quejaba, estaba muy enfadado porque ella no le sacaba a la calle, a darle una vuelta", añade Juan José. En un principio, la causa de la muerte fue una insuficiencia respiratoria, no se le hizo la autopsia y negaron a la funeraria la existencia de familiares., Esto hizo que se comenzara a investigar y que saliera a la luz todo lo que sucedió en esos pocos días de cuidados.
"Aquí algo huele a podrido", reflexiona Joaquín Prat cuando escucha las palabras de este familiar. "Lo que queremos la familia es sacar la verdad, la que sea y que la gente se dé cuenta lo que hay con los cuidadores. No todos son como esta persona, pero los hay. Hay que tener cuidado de con quién dejamos a nuestros familiares", remata Juan José. Cabe destacar que tanto el párroco como la cuidadora se han negado a declarar.