‘Vamos a ver’ se desplaza hasta Albelda, La Rioja, para hablar con los familiares del joven apuñalado por los presuntos agresores de violación sexual de su tía. Tras la violación de Raquel, los agresores siguen amenazando al resto de sus familiares y se mantienen en libertad.
"Hace dos semanas la escuchábamos como nos contaba que había sufrido una agresión sexual y física con un ladrillo. Esta chica se sigue recuperando y sigue teniendo miedo. De momento no han detenido a su agresor y las agresiones se siguen repitiendo, en concreto con su sobrino, un joven de 16 años que fue apuñalado el viernes de madrugada", detalla el reportero.
“Estábamos pasando por un callejón para ir a casa de mis abuelos y al doblar una esquina salió alguien encapuchado. Me hicieron una raja de un centímetro y medio con una navaja de tipo mariposa. He conseguido identificar al agresor, han encontrado además ropa de él, es de mi barrio. Nunca he tenido problemas con él, éramos hasta amigos”, detalla el menor agredido
La madre del menor comenta: “No me esperaba que fuesen en busca de mi hijo, me enteré por su hermano mayor que le habían pegado un navajazo. La policía se está portando bien, pero el alcalde ni siquiera se ha pronunciado. Raquel explica que “físicamente estoy mejor, pero de lo demás ya os podéis imaginar que no estoy mejor la verdad. Podemos confirmar que mi agresión coincide con la de mi sobrino porque él no tiene problemas con nadie. Esto lo han hecho para que me calle, pero ¿Cómo no voy a hablar de algo tan fuerte? Sólo quiero que dejen a mi familia en paz.
Las amenazas a esta familia aparecen con Raquel, víctima de violación, que explica“Viene desde mi ex hasta aquí. Y han pasado dos años o uno y algo. Estoy muy mal, lamentando lo que ha pasado, estoy llena de heridas y golpes. Tengo mucho: miedo y no puedo hablar más. Yo solo quiero que se acabe esto y que paguen lo que han hecho. Que a ver si se acaba este infierno que no va a acabar nunca"
Esta mujer tenía una pareja de un clan del pueblo, decide dejarlo y denunciarle, tras esto recibe una paliza entre cuatro o cinco personas. Se la llevan hasta una antigua bodega abandonada, la agrede con un objeto, le dan una paliza y ella acaba con heridas por toda la cara. Al estar en a la parte alta del pueblo, no hay apenas vecinos y la chica gritaba, pero nadie pudo escucharla.