Condenada a 25 años de prisión por el asesinato de quien fuese su pareja, Rosa Peral está más en el candelero que nunca. Con el estreno de una serie de ficción sobre el conocido como el crimen de la Guardia Urbana, la condenada está de nuevo en la primera línea mediática y en el debate público. Peral, internada en la prisión de Mas d’Enric, en El Catllar (Tarragona), no ha querido quedarse al margen y ha concedido una polémica entrevista a 'El matí de Catalunya Ràdio' sobre los medios de comunicación, la serie y la imagen que se ha trasladado de ella: "Han intentado hundirme", se queja.
Este jueves, en 'Vamos a Ver', Patricia Pardo ha querido enviarle un mensaje a Rosa Peral antes de dar paso a unas imágenes sobre su entrevista: "Advertirle a la propia Rosa que cualquier alegato en pro de su defensa es estéril porque está condenada por sentencia firme a 25 años de prisión por haber acabado con la vida de su pareja, está condenada por sentencia firme a 25 años de prisión por haber acabado con la vida de su pareja, de Pedro", ha sentenciado la presentadora.
En dos conversaciones telefónicas desde la prisión, de ocho minutos cada una de ella, Peral ha desplegado su argumentario. “No fui al juicio siendo anónima”, ha insistido, aferrada a la piedra angular del documental, donde también a través de videollamadas no autorizadas denuncia que ella se sentó en la sala de vistas con una condena mediática previa. El Departamento de Justicia ha sancionado a Peral por ambas entrevistas, limitando sus llamadas y videollamadas a solo su familia directa. En condiciones normales, los presos tienen autorizadas las comunicaciones telefónicas con 10 personas que ellos eligen. Justicia considera que Peral ha vulnerado ese régimen de comunicaciones, que ha usado para conceder entrevistas.
Peral, que asegura que todavía no ha visto el documental y que solo tiene los 'imputs' que le han llegado de su familia y sus amigos, ha subrayado que este trabajo no blanquea su imagen, algo que sí consideran algunos de los testimonios que han aparecido en él. "Más que dar mi visión de los hechos, lo que pretendía era mostrar que el caso se hizo muy mediático antes del juicio y que cuando yo llegué ya parecía culpable".
"Se ha dicho que soy tóxica, que soy manipuladora. Es increíble porque ningún psicólogo lo ha dicho, pero los periodistas sí que lo han determinado", ha criticado. Además, ha aprovechado la entrevista con Ustrell para reafirmarse en su inocencia, incluso poniendo en duda las pruebas que la incriminan y la "opinión objetiva" que podían tener los miembros del jurado popular.