El equipo de investigación se ha desplazado a los barrios más peligrosos de Melilla y Ceuta, donde se sabe que se reclutan mujeres para formar parte de la yihad sexual. A pesar de las dificultades, consiguen contactar con la familia de una menor de 14 años captada por una célula del Estado Islámico: "Los yihadistas les prometen cosas que luego no son la realidad. Les lavan el cerebro. Eso no es el islam".