A Lorena Edo la conocimos en la decimocuarta edición de ‘Gran Hermano’, donde protagonizó uno de los momentos más míticos de la edición, al ayudar a una mujer que, supuestamente, se estaba poniendo de parto en pleno directo en la casa de Guadalix de la Sierra.
Después de esa tremenda escena, la valenciana no tuvo mucha suerte en el reality show, ya que la audiencia decidió que se convirtiera en la segunda expulsada. Aún así, con su simpatía y carisma logró convertirse en una mujer muy seguida en redes sociales.
Miles de personas siguieron su espectacular cambio físico en redes sociales y acompañaron a Lorena Edo en todo su proceso de transformación. Fue en el año 2017 cuando la gran hermana quiso poner el broche de oro a su nueva imagen y regresó a Telecinco para renovar su apariencia.
Para ello, eligió el programa ‘Cámbiame’, que por aquel entonces presentaba Carlota Corredera. Allí, se puso en manos de Juan Avellaneda, quien eligió para ella un look muy favorecedor. Echamos la vista atrás para recordarlo.
La amiga de Susana Molina acudió al programa en el año 2017 y explicó lo mal que lo había pasado para dar un cambio tan radical. Había perdido muchos kilos, estaba irreconocible y quería que los coaches le ayudaran a encontrar un look que encajara con la nueva Lorena.
Necesitaba sentirse “como una princesa” y recibir mimos de los mejores profesionales. Además, durante su desfile por la pasarela, quiso mandar un mensaje de ánimo a todas las personas que tuviera sobrepeso y decirles que todo se podía conseguir y que ella era el ejemplo.
Juan Avellaneda fue el encargado de hacerle el cambio de look y dejó a Lorena Edo con una imagen espectacular. Estaba guapísima y llevaba una falda de lo más favorecedora. Pese a que había estado ya en televisión, no podía ocultar que estaba muy nerviosa y que estaba deseando verse.
Nada más verse, a la que fuera concursante de ‘GH 14’ le salió una sonrisa de oreja a oreja y dejó claro que le gustaba mucho el estilismo que el coach había elegido para ella. A pesar de que estaba encantada con el cambio, aseguró que la única pega era que no se sentía muy cómoda con tacones: “Me siento rara”, declaró.