Belén Esteban y María José Campanarioestán protagonizando una de las contiendas más mediáticas de los últimos tiempos. La III Guerra Mundial ha estallado entre ellas y parece que la ex de Jesulín de Ubrique y su actual mujer tienen muchas cosas que decirse.
Las dos mujeres más importantes que han pasado por la vida del torero llevan muchos años enfrentadas, pero ¿recuerdas cómo era todo al principio? Retrocedemos al inicio de los tiempos, justo al día en que la colaboradora de ‘Sálvame’ se pronunció por primera vez sobre la relación de Jesús Janeiro y su actual esposa.
El torero no estaba pasando su mejor momento en el año 2001. Había sufrido un grave accidente de tráfico y aún estaba reponiéndose el duro golpe cuando concedió su entrevista más personal en el programa ‘Día a Día’ de Telecinco.
Jesulín de Ubrique le contó en primicia a María Teresa Campos cómo se encontraba, lo mucho que le había cambiado la vida, los ejercicios de rehabilitación que estaba haciendo y, sobre todo, confirmó su relación sentimental con María José Campanario.
Fue en noviembre de 2001 cuando el torero habló del “cariño” que le había dado su novia en esos duros momentos: “Ha llegado en un momento importantísimo en mi vida”, explicaba Jesulín de Ubrique emocionado desde el sofá de su casa.
“Es fundamental que puedas encontrar a una mujer en la que te puedas apoyar”, dijo el torero, al que le brillaban los ojos al hablar de María José Campanario. “No es un capricho ni es porque estoy enfermo, creo que es la mujer de mi vida. (…) Espero poder casarme con ella”, declaró.
Tan solo dos días después de la entrevista que Jesulín de Ubrique concedió en el programa ‘Día a Día’ de María Teresa Campos, el mismo programa mostró las primeras reacciones de Belén Esteban, a la que los periodistas le preguntaron mientras paseaba por la calle.
“Yo les deseo lo mejor, que sea muy feliz y ya está”, dijo Belén Esteban. “No me preguntéis más del tema, porque yo no soy nadie para hablar”, respondió la ahora colaboradora de ‘Sálvame’, que por aquel entonces prefería mantenerse en un segundo plano.
“Yo soy la madre de su hija y punto, pero vamos, que les deseo lo mejor. Si ha encontrado a la mujer de su vida, yo le deseo que sea muy feliz”, remató. Unas palabras conciliadoras que distan mucho de la guerra que estalló poco después y que sigue con fuerza años después.