Con melena y casi sin dientes: el debut de Óscar Casas en 'Los Serrano' con siete años
El actor apareció en la quinta temporada de la serie en 2006
Con más de dos millones de seguidores en Instagram, Óscar Casas se ha convertido en uno de los hombres del momento. Es atractivo, enloquece a sus seguidores con su eterna sonrisa y, además, tiene una carrera como actor de lo más prometedora. Pero, como todos, él también tuvo sus comienzos y con tan solo siete añitos se dejó ver en la serie ‘Los Serrano’ de Telecinco. ¡Estaba para comérselo!
Óscar Casas hizo su primera intervención en ‘Los Serrano’ en la quinta temporada de la serie en el año 2006 y nadie puede negar que estaba de lo más adorable. Tenía solo siete añitos y ya dejaba claro que desprendía talento y desparpajo por los cuatro costados.
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Con media melena, casi sin dientes, pantalón de camuflaje y una mochila que abultaba más que él, el hermano de Mario Casas se metió en la piel de Alberto, uno de los alumnos más pequeños del mítico ‘Colegio Garcilaso’ de Santa Justa que servía de gran apoyo a Currito en uno de sus momentos más complicados.
El benjamín de Los Serrano había escuchado una conversación a medias entre Lucía y Diego, donde hablaban de no decirle “nada a los niños” y en la que utilizaban términos como “embarazados” y “Serranito o Serranita”. Vamos, que lo primero que se le vino a la cabeza es que un nuevo hermanito llegaba en la familia. Esa era la versión que Curro entendió, pero la realidad era muy distinta; quienes creían estar de buena esperanza eran Marcos y Eva.
Currito, alarmado por la posible llegada de un nuevo hermanito a la familia, no dudó en preguntarle todas las dudas a Alberto, el personaje que interpretaba Óscar Casas. Este, muy sincero y con mucho salero le contó que no era nada bueno porque “llora, se caga” y, encima, su padre pasaba de él y de ver el “fútbol”. ¡Era todo un hombrecito lleno de sabiduría!
Han pasado trece años de aquel momento y en ‘Unplugged’ hemos querido recuperarlo íntegro en el vídeo que encabeza esta noticia. No tiene desperdicio y vais a alucinar con el desparpajo que Óscar Casas tenía delante de las cámaras a los siete. ¡Apuntaba maneras!