Laura Barcelona fue, durante mucho tiempo, uno de los rostros más habituales y queridos del programa de Telecinco ‘Mujeres y hombres y viceversa’. Desde que se dio a conocer en 2011 como pretendienta de Pedro Reche, su fama creció como la espuma y tuvo hasta su propio trono.
La vimos tener su propio reinado y hasta enamorarse en dos ocasiones: la primera fue de Álvaro Pérez, el hombre del que salió de la mano en el programa del amor y el otro no fue otro que Luismi Valero, con el que tuvo a su hija, Cataleya.
De ella lo conocemos prácticamente todo, pero pocos recuerdan cómo fue su primer día en el programa del amor y, mucho menos, a qué se dedicaba antes de dar el salto a la fama. Damos un salto al pasado para recordarlo.
La guapísima catalana irrumpió en el plató del programa de Emma García por primera vez en el año 2011 y lo hizo para pretender a Pedro Reche, el tronista que reinaba por aquellos tiempos en ‘Mujeres y hombres y viceversa’.
Ya en su primer día demostró que era una mujer de armas tomar y no dudó en plantar cara a las actitudes un tanto machistas del tronista. Dejó claro que era “mandona” y que tenía “bastante carácter”, tal y como ella misma explicó.
Declaró que había tenido tres relaciones a lo largo de su vida y que la última de ellas había sido “muy mala”: “Mi ex era un golfo. Era más golfo que Reche”, declaró. “Fue una mala experiencia, pero ya está superado”, añadió la por entonces tronista.
Después de abrirse y contar algunos aspectos de su vida personal, Laura Barcelona quiso explicar en ‘MyHyV’ a qué se dedicaba por 2011: “Estoy trabajando los fines de semana y estudiando para auxiliar dental”, explicó.
Sin duda alguna, la que luego fue tronista llegó pisando fuerte al programa y dejó claro que era una mujer todoterreno, con mucha personalidad y que estaba dispuesta a mostrar su lado más guerrero, si la situación lo requería.
Una actitud muy potente que el tronista no quiso pasar por alto: “Se le ve con carácter y físicamente está muy bien, me gusta”, dijo en el primer día de la catalana, antes de invitarla a sentarse en su bando de pretendientas.