El verdadero 'Efecto 2000' no se produjo por el cambio del milenio ni el cataclismo informático que de ello se esperaba. El fenómeno que cambió nuestras vidas y que marcó un antes y después en la historia de la televisión se llamó 'Gran Hermano' y en la noche de su primera final dejó constancia de lo que había representado para el pueblo aquel fenómeno sociológico.
España entera se paralizó la noche del 21 de julio del 2000. No era para menos porque después de haber superado todos los retos posibles durante tres meses de convivencia llegó el momento de anunciar el ganador de aquella histórica edición. El nombre de Ismael Beiro resonó en la mayor parte de los televisores del país y el flamante ganador se hizo con el maletín de los 20 millones de pesetas y a su salida se llevó un auténtico baño de multitudes.
Por primera vez en la historia televisiva la audiencia había tenido tanto el poder de eliminar como de dar la victoria al 'pisha', el concursante gaditano que salió eufórico de Guadalix repartiendo sus enseres entre la multitud que se había reunido allí para corear su nombre tras las vallas. Aquella imagen de Ismael Beiro con sus características bermudas de flores, gorro de paja y gafas de sol nos acompañaría siempre en la memoria histórica de 'Gran Hermano' y de aquel éxito sin precedentes.
A partir de ese momento se vivirían muchas más historias y nuevos ganadores cruzarían la alfombra roja para llegar a los estudios de Telecinco, pero el hito televisivo nació en aquella primera edición con la victoria de Ismael Beiro en una noche gloriosa para la historia de la televisión.