Los 6 finales de las series de Telecinco que dejaron a la audiencia pegada al televisor
El final previsible: ‘Yo soy Bea’ se pone guapa, se casa y rompe audímetros
No fue el final total de la serie pero sí el de la etapa más importante de ‘Yo soy Bea’. La secretaria más famosa de las sobremesas españolas entre 2006 y 2009 (y que ahora vuelve a nuestras pantallas con su reestreno en Divinity) conseguía casarse con Álvaro Aguilar, su jefe y gran amor. Decimos lo de previsible no sólo por el desenlace feliz entre los personajes de Bea y Álvaro sino porque la mayoría de nosotros conocíamos el formato original que tenía su raíz en ‘Betty, la fea’ y todas las versiones internacionales que se hicieron.
Todos sabíamos que Bea se pondría guapa y terminaría casada con su amor pero en este caso, el formato de Telecinco incluyó algo importante: Álvaro no se enamoraba de Bea tras el cambio y, lo más importante, cualquier persona, tenga el aspecto que tenga, puede llegar a triunfar en la vida. Sí es verdad que el cambio físico se dio y fue algo esperado por todos pero como una evolución más del personaje.
También fue previsible que el final de ‘Yo soy Bea’ rompiera audímetros el día en el que la pareja protagonista celebraba su gran boda. En concreto más de cinco millones de espectadores y un 38% de audiencia estuvieron pendientes como Bea y Álvaro bailaban una coreografía que recordaba a la que Ross y Mónica Geller realizaron en una de las temporadas de la serie ‘Friends’. España moría de amor al ritmo de los novios.
Hay que recordar que este no fue el final definitivo de ‘Yo soy Bea’, pues su desenlace se dio un año después, cuando Bea y Álvaro habían ya abandonado la serie y dejaron como interpretes principales a Patricia Montero y Miguel de Miguel. Pero para nosotros y para España entera, el punto y final de la serie se produjo cuando Bea y Álvaro sellaban su amor ante la redacción de ‘Bulevar 21’.
El final más violento: ‘Sin tetas no hay paraíso
No hubo final feliz ni hubo paraíso. Ya en el final de la segunda temporada los espectadores lloraron la muerte del principal protagonista de la serie, ‘el Duque’ (interpretado por Miguel Ángel Silvestre). ¿Os acordáis de su voz ronca? Nosotros sí. Y todo hacía presagiar que para el final de la última temporada iba a volver a dejar un sabor amargo en la audiencia.
La protagonista, decidida en dejar atrás un pasado marcado por ‘el Duque’ y el mundo del narcotráfico, intenta comenzar una nueva vida y para eso finge su propia muerte. Pero, el plan quedó al descubierto y la joven termina muriendo de verdad bajo las manos de Bebe Mejía, quien venga la vida de su hermana Daniela que murió a manos de Catalina. Bebe Mejía también pierde la vida. Vamos que mueren todos. Que todas las carpeteras y carpeteros de este país ya habían llorado la muerte de ‘el Duque’ y, también lo hicieron con la de Cata. Bien de muerte, bien de dramas, bien de sangre pero… la Jessy, amiga y compañera de Cata en todas sus aventuras y desventuras, ¡se salva! Un ‘spin off’ para la Jessy contándonos qué quería decirle con la mirada Cata en sus últimos segundos de vida.
El final emotivo y con humor: ‘Siete vidas’ se despidió por sorpresa tras siete años
“La de cosas que han pasado en estos siete años…. Bueno, más que siete años han parecido siete vidas” decía Amparo Baró en la escena final que cerraba las peurtas de la que fuera la primera sitcom española. Pero, ¿por qué terminó ‘Siete vidas’? Realmente nadie esperaba que la serie acabara y menos tras el éxito de un capítulo especial que se emitió en directo marcando un precedente en la ficción española. Al parecer fue el cierre de un ciclo para actores y guionistas. Un final que ningún espectador se esperaba porque por el ‘Casi K no’ pasaron actores de la talla de Paz Vega, Toni Cantó, Javier Cámara, Blanca Portillo, Santi Millán y un larguísimo etcétera… pero lo que hacía a la serie imprescindible en la parrilla y, por tanto, un auténtico éxito de audiencia eran las historias con humor que contaban de sus personajes. Fuera el que fuera que estuviera en ese momento en plantilla.
En el capítulo final Gonzalo, comunicaba al resto de sus compañeros su intención de cambiar de vida, irse a vivir a la playa y fundar allí el ‘Casi Ke Sol’. En ese sofá, el grupo de amigos entre los que estaban Diana, el frutero, Sole o Charo recondaron muchos de los momentos inolvidables de la historia de la serie. Y si alguien fue protagonista absoluta desde el capítulo uno hasta el final fue el personaje de Sole, interpretado por la grandísima Amparo Baró. La serie terminaba con emoción pero también con humor, como no podía ser de otra manera. Sole, haciendo un guiño a la película ‘El sexto sentido’, comentaba a Gonzalo: “En ocasiones oigo risas”… Nuestro corazoncito se quedó huérfano pero pronto pudimos volver a sonreír gracias al ‘spin off’ del personaje ‘Aída’ que protagonizaría meses después la serie bajo el mismo título de su nombre.
El final que cerraba una generación: 'Al salir de clase'
Con el final de 'Al salir de clase' se daba carpetazo al final de una generación que almorzaba todos los días rápido cuando llegaba del instituto para ponerse a ver las aventuras y desventuras de los adolescentes del instituto ‘Siete Robles’.
Fue una de las series diarias más largas de la televisión nacional, con más de cinco años de vida y un total de 1.199 actores. Por el instituto más famoso de España pasaron más de 130 actores que iban enganchando con sus romances a toda la audiencia. Por allí pasaron actores de la talla de Pilar López de Ayala, Cristina Castaño, Carmen Morales, Lucía Jiménez, Elsa Pataky y un larguísimo etcétera.
El último capítulo resolvió tramas como el triángulo amoroso de Jero, Alex y Rita o la relación sentimental entre Jaime y Lidia pero lo más importante era que se ponía un punto final a toda una generación. Una generación que soñaba con visitar el ‘CBC’ y que llevaba sus carpetas forradas de los protagonistas de la serie.
El final que nadie se esperaba: 'Los Serrano
Sí, nadie se esperaba que todo lo que había vivido la familia Serrano durante los 147 episodios que duró la serie fuera un sueño de Diego Serrano, padre de la familia y personaje interpretado por Antonio Resines.
En el capítulo, después del día horrible en el que los hijos de Diego, Guille y Teté (que crecieron durante cinco años con nosotros) deciden irse de casa y, Currito, el peque de la familia atropella a un churrero de barrio, el padre de familia se tira por un puente. Más drama imposible. Todos pensábamos que éste podía ser el final pero cuando abre los ojos y ve el rostro de Lucía, su mujer y gran amor que murió atropellada en capítulos anteriores, Diego la mira tan alucinado como el resto de España. "¿Qué haces aquí?", le pregunta él, "¿Y tú?", sonríe ella incorporándose de la cama. "Te recuerdo que nos casamos ayer". Y FIN con los ojos como platos para todos los que veíamos la tele en ese momento. La audiencia se dividió entre los que le parecían un final redondo por el "Deus ex Machina" que se marcaron los guionistas y a otros no les convencía tanto ese giro de tuerca final.
El final abierto de ‘Motivos personales’
¿Recordáis esa sintonía que ponía el vello de punta a todos los espectadores? ‘Motivos personales’ marcó un ante y un después en la ficción de suspense española. Luego vendrían otras pero ella fue la pionera. Porque si los americanos tuvieron a Laura Palmer en ‘Twin Peaks’, nosotros tuvmos a Mara Yimou. ¿Quién la mató? El asesinato fue el punto de salida que marcaba una carrera a contrarreloj de Natalia Nadal para descubrir TODA LA VERDAD.
En la última temporada, a pesar de que el espectador ya sabía que Virginia era en realidad Victoria Castellanos, Natalia Nadal (interpretado por Lydia Bosch) hizo creer a todos que íbamos por delante de ella para hacer una levantada de telón final cargada de teatralidad. Fue en ese último minuto de capitulo, en el que la periodista descubre a la asesina de su pasado pero lo que ni ella ni nadie esperaba era que el personaje de Bosch tendría que enfrentarse a uno nuevo. La última escena es reveladora. Tras quedarse con Fernando Acosta, el espectador pudo ver cómo éste esconde en el maletero un cadáver dejando así la puerta abierta a una más que apetecible tercera temporada que nunca llegó.