Con una sintonía muy torera y una balanza representando el equilibro en pantalla comenzaba el 18 de febrero de 1994 el programa de 'Veredicto', un formato que luego inspiraría a 'De buena ley'. Al frente de él, una jovencísima Ana Rosa Quintana aparecía por primera vez en Telecinco y nos daba las primeras claves de aquel nuevo espacio de juicios en directo para resolver las disputas en los conflictos cotidianos. Algunos de los ingredientes que le llevaron al éxito son:
Unos temas muy bizarros
La cita era todos los días a las 13.50 (y luego pasó a las tres). La hora de comer se convertía en una especie de juzgado de guardia en donde unos amigos se podían pelear por la compra de un burro; un vecino atacaba a otro porque este se había comido a su gato u otros demandantes por el espacio que ocupaban sus plantas en el patio. Los temas resultaban de lo más 'divertido-bizarro'. A ellos siempre les acompañaba un título sarcástico sacado del refranero popular modo 'Quién fue a Sevilla...' o '¡Qué burro es!' que nos daba una ligera idea de los trapos sucios que ese día se iban a sacar.
La llegada del juez
Y para resolver este tipo de conflictos entraba en juego un juez jubilado del Tribunal Supremo, D. Diego Rosas Hidalgo que escuchaba a las partes para después retirarse a deliberar y dar su´posterior alegato. Había una especie de timbre que anunciaba su llegada y también el momento en el que este se retiraba a deliberar.
El voto popular
Mención aparte le tenemos que dar al televoto de aquel momento. Siguiendo la tónica del programa y de un modo algo rudimentario unos azafatos que acompañaban a Ana Rosa recogían en un cesto los votos en papel para después medirlos en la clásica balanza. Era a partir de ese momento cuando la presentadora tenía que salvar más tensiones en plató porque el público asistente se permitía opinar. Los ánimos se caldeaban y AR tenía que tirar de diplomacia para que no terminasen los enfrentados de los pelos. Está claro que fue todo un buen entrenamiento para frenar años después los ataques del Conde Lequio.
El estilo de Ana Rosa Quintana
La clave del éxito del programa que estuvo un año en antena era sin duda la propia Ana Rosa Quintana. Ella sabía contenerse la risa ante las disputas más surreales o también ser seria sin perder nada de elegancia cuando tocaba dar una contestación a los enfrentados. Tiraba como nadie de empatía y del carro.
Con un aire juvenil y pelo más corto y oscuro Ana Rosa empezaba a usar su tendencia al rojo y blanco lo que dejaba claro lo que serían después su colores fetiche de armario. Bajo un 'make up' casi inexistente, seguía la moda de la época y por eso nos dejó algún que otro modelito no apto para reinar después en las mañanas. Sin embargo, en lo que no se nota el cambio es que ella era pura naturalidad y eso luego sería su mejor pacto con el diablo.