Luka Modric clasificó a Croacia a octavos de final, en un partido que tuvo de todo. Escocia lo dio todo en el campo pero se les vio más cansado que en su partido contra Inglaterra. Abrieron el marcador los croatas con un gol de Vlašić y antes del descanso Mcgregor empató el encuentro. En la segunda parte apareció la clase del mediocentro del Real Madrid, anotó el segundo tanto y dio la asistencia para el tercero de Perišić.

Croacia y Escocia, llegaban con un punto ambas selecciones al partido. Antes de empezar eran tercera y cuarta, respectivamente, del grupo D. Teóricamente lo tenían muy complicado para la clasificación como segunda pero una victoria de cualquiera de las dos le colocaba mínimo como tercera con 4 puntos y como están los grupos A, B y C estarían en octavos de final. Con el pitido final, Escocia quedó eliminada y Croacia quedaría segunda gracias a la derrota de la República Checa.

La selección dirigida por Dalíc con el balón y ante una Escocia mucho menos agresiva que contra Inglaterra, estaba muy cómoda en los primeros minutos. Modric se movía a placer ante una presión escocesa que siempre llegaba tarde. Croacia estaba jugando muy cómoda y la primera vez en esta Eurocopa que parecía aquella selección finalista del Mundial de 2018. Poco a poco había más peligro en el área del equipo dirigido por Steve Clarke.

En una buena jugada de combinación, el balón acaba en la banda derecha y es centrado para que en el segundo palo Perišić de una asistencia con la cabeza para que Nikola Vlašić baje la pelota con el pecho y dispare rápidamente para batir por abajo a Marshall. Croacia golpeaba primero y se ponía por delante en un partido que dominaba por completo. Primer gol del jugador del CSKA de Moscú en esta Eurocopa.

Escocia parecía estar en la lona, el gol les había hundido bastante, no llegaban a los balones sueltos, los croatas estaban siendo más agresivos y controlaban la posesión en todo momento. Parecía que el partido estaba más cerca del dos a cero que del empate, pero entonces apareció el factor Hampden Park. En una jugada aislada en el minuto 35, Escocia tiene una ocasión dentro del área rival, que ni siquiera fue un tiro a puerta, con eso bastó el estadio despertó, un rugido escoces.

El Hampden Park, estaba con aforo reducido, pero por momentos parecía que todo Glasgow estaba en el recinto. Escocia se vino arriba y empezó a generar peligro, con más corazón que con cabeza pero eso no importa. Lo importante es meter el balón en la portería y eso lo consiguieron. Tras una buena jugada, un mal despeje de Vida llega a McGredor y el 8 de Escocia envía un zapatazo desde fuera del área para que el balón entre pegado al palo de Livakovic. El empuje del gol y del público hizo que los escoceses acabaran la primera parte en el área pequeña de Croacia.

El descanso ayudo mucho a Croacia porque el tanto de Escocia les había dejado tocados pero se recompusieron y salieron a la segunda parte con el mismo plan del principio, ir a por el partido. Escocia se refugió en su gran defensa y buscaba la contra cada vez que tenía una oportunidad pero el mejor de los suyos estaba siendo su guardameta que desbarató los acercamientos croatas.

Modric había estado muy desaparecido contra Inglaterra y en el partido de la República Checa no pisó apenas área pero a pesar de su edad y la temporada larga que ha tenido en el Real Madrid, su clase sigue estando. Y en el 62 Modric hizo magia, sacó desde fuera del área y al primer toque un disparo con el exterior del pie que acabó en la red de la portería de Marshall.

En un saque de esquina de Modrić es rematado con gran calidad por Perišić para que la pelota toque en el palo y acabe en el fondo de la red de la selección de Escocia. Con esta diferencia de goles y la derrota de la República Checa, Croacia se clasificaba como segunda del grupo D de la Eurocopa 2020. Antes del final del partido hubo un momento muy emotivo en el que todo el estadio dio ánimo y apoyó a la selección escocesa a pesar de quedar eliminada.