Carmen Díez de Rivera murió a los 57 años víctima de un cáncer. Su padre biológico, Ramón Serrano Súñer, nunca la reconoció en vida, y ni siquiera quiso conocerla. Al enterarse de su muerte, el exministro se mostró muy frío, y exclamó: "Pobrecita Carmen, ¡qué vida tan dura ha llevado!", ha contado Rafael Fraguas, periodista.