De enero a diciembre: ¿por qué podemos disfrutar de limones durante todo el año?
Las variedades Fino y Verna garantizan que la producción de limón en Europa sea continua desde enero hasta diciembre, lo que asegura al consumidor disponer de un alimento fresco y de proximidad
El limón es un producto natural, sin grasa, sin sal ni sodio y fuente de vitamina C que se ha puesto de moda entre chef y mixólogos por su versatilidad en la gastronomía
Cada vez son más los consumidores que demandan frutas de temporada. Los amantes del limón están de suerte. ¿Por qué? Muy sencillo. Porque el limón producido en Europa está disponible los 12 meses del año gracias a sus dos principales variedades, Fino y Verna, cuyos cultivos son complementarios proporcionando limones frescos, naturales y de proximidad los 365 días del año.
El limón está más de moda que nunca, tal y como demuestra la campaña Welcome to the Lemon Age. Es un alimento natural, sin grasa, sin sal ni sodio, con bajo contenido en azúcares y fuente de vitamina C. Un producto completo y versátil que está al alcance de la mano durante todo el año, lo que garantiza la máxima frescura ya sea para exprimir un agradable zumo reparador o para conseguir una ralladura que sea la guinda de un buen postre que deje con la boca abierta a la familia y amigos.
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Limón Fino, el más común
Es la variedad más común en Europa. Se suele cultivar en terrenos de vega. La floración más importante del limonero se da entre abril y mayo. La recolección arranca en octubre y se prolonga hasta mayo. A finales de verano se produce otra floración en el limonero Fino que produce los limones rodrejos cuya cosecha se produce al verano siguiente.
El limón Fino, también conocido como Primofiori, es un fruto ovoidal cuyo nombre se lo debe a su fina piel. De color amarillo pálido, su corteza es delgada y representa el 30% de su peso. Cuenta con entre 7 y 13 gajos. Es ideal para zumos ya que representa el 40% de su peso. Y su acidez es de unos 72 gramos de ácido cítrico por litro.
Limón Verna, el limón de verano
De forma alargada y con los extremos acabados en punta, el limón Verna suele tener un mayor tamaño que su hermano Fino. Su piel es gruesa y rugosa. Es muy apreciado en la gastronomía por su corteza que oscila entre los 3 y los 11 milímetros (mm). Con 9 gajos de media, la acidez de su zumo está en unos 55 gramos de ácido cítrico por litro.
Es la segunda variedad más importante de España. El limonero Verna se suele cultivar en las laderas de las sierras que limitan con las vegas y en terrenos recién transformados. Puede llegar a presentar hasta tres floraciones y en zonas de buena climatología puede generar, incluso, frutos durante todo el año.
La primera floración, que da los denominados frutos de cosecha, se da entre marzo y mayo. Su recolección tiene lugar desde febrero hasta finales de julio. De ahí que sea conocido como el limón de verano. La segunda aparece entre la primavera y el verano. Sus frutos son conocidos como los ‘segundos’ o ‘sanjuaneros’. Y la tercera tiene lugar entre agosto y septiembre. Sus frutos se denominan ‘rodrejos’ y su recolección se produce en el verano del año siguiente.