Con la llegada del invierno, se aproxima el periodo del año en el que las bajas temperaturas nos hacen más susceptibles a contraer enfermedades, como la gripe o el resfriado común, dado que tanto los virus como las bacterias suelen prosperar en las condiciones gélidas y secas. Ante esta coyuntura, los profesionales de la salud recomiendan aumentar la ingesta de alimentos ricos en vitamina C, como frutas y verduras, que colaboren en fortalecer las defensas de nuestro cuerpo.
Por tanto, recurrir al limón puede ser una buena opción para cumplir el consejo sin la necesidad de complicarse la vida. Y es que este cítrico guarda en su interior una gran cantidad de vitamina C (50 mg en cada 100 g de limón), de manera que un adulto a partir de 20 años solo tendría que consumir entre dos y tres limones diarios para alcanzar el nivel de ingesta recomendado, que según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) se sitúa en 95/110 mg.
Sin embargo, la vitamina C del limón tiene igualmente beneficios saludables fuera del ámbito inmunitario, al contribuir a la formación normal de colágeno para el funcionamiento normal de vasos sanguíneos, huesos, cartílagos, encías, piel y dientes. También ayuda a regenerar la forma reducida de la vitamina E, disminuir la fatiga y el cansancio, y mejorar la absorción del hierro.
Pero hay más características del limón que lo hacen un imprescindible en la cesta de la compra de los españoles. Se trata de su versatilidad en la cocina, gracias tanto a la fragancia y acidez de su jugo como al sabor de su piel, para convertirse en el socio perfecto de las mejores propuestas gastronómicas. De hecho, ofrece un sinfín de opciones que van desde el entrante hasta el postre.
Estas y otras particularidades del limón de origen europeo son difundidas por la Asociación Interprofesional de Limón y Pomelo (AILIMPO) en la campaña de promoción Welcome to the Lemon Age, la cual cuenta con el respaldo de la Unión Europea, con el objetivo de fomentar su consumo entre las nuevas generaciones de consumidores de Alemania, Francia y España; y que se valoren y aprecien más propiedades diferenciadoras como, por ejemplo, su calidad, frescura, sostenibilidad, trazabilidad y seguridad alimentaria respecto a los limones extracomunitarios.