Madrid ha reunido a los ultraderechistas europeos, no a todos, porque son muchos. Hoy han venido los que han quedado marginados en Europa y son amigos de VOX. El húngaro Viktor Orbán, el italiano Matteo Salvini o la francesa Marine Le Pen han repetido sus ataques fetiche contra la inmigración, el ecologismo o lo que llaman globalismo. Ataques sin límites como los de Santiago Abascal.
También han coincidido todos en atacar a Pedro Sánchez. El primer ministro húngaro ha dado ánimos a Abascal diciéndole que él estuvo 16 años en la oposición antes de hacerse con el poder.
Los ultras europeos están entusiasmados con las medidas que está tomando con desenfreno Donald Trump desde que es presidente de los Estados Unidos, un Donald Trump que dispara tanto contra la Agencia de Ayuda norteamericana, que quiere liquidar con la oposición de la Justicia, como contra una salida pacífica a la crisis de Gaza.
Ha aprobado vender armas por valor próximo a los 7.000 millones de euros, en el día en el que se ha producido el quinto intercambio de rehenes israelíes por presos palestinos. Dos de esos rehenes han conocido al salir una noticia trágica: la muerte de sus familiares en ese ataque del 7 de octubre en el que ellos fueron secuestrados.
Tremendo susto en un vuelo de Iberia París-Madrid. Un pasajero agredió a un azafato, abrió una puerta y saltó al vacío justo en el momento en el que el avión rodaba para comenzar el despegue. La maniobra fue interrumpida de inmediato y los pasajeros fueron desalojados tras más de dos horas a bordo de la aeronave. Algunos sufrieron ataques de nervios.
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