Carla ya es una mujer, pero hace años fue una niña que buscaba el amor de una madre. Su historia comienza en Tenerife en el mes de abril de 1985. Sus padres adoptivos, Rafael y Lucía, vuelan allí desde Las Palmas para ir a buscarla.

Cuando ven a Carla por primera vez, Rafael y Lucía rompen a llorar, ¡su hija es un sueño cumplido! Desde muy pequeña a Carla le gusta ojear los álbumes de fotos familiares y pronto entabla una relación muy especial con Paqui, la mujer que trabaja en su casa y que se encarga de ella cuando sus padres están trabajando en la tienda de decoración que poseen.

Pero no todo sigue bien. Su madre es algo fría y poco a poco Carla empieza a sentirse sola y pide un hermanito como regalo de reyes, algo que no llega porque la relación de sus padres comienza a ir mal y las discusiones y gritos se vuelven constantes. Carla crece siendo una niña tímida, callada e introvertida.

Con 15 años Carla intentó dar un giro de 180 grados a su vida con un intento fallido de escapada tras el cual sus padres le contaron que era adoptada. La niña preguntó por su proceso de adopción pero sus padres no colaboraron, llegando su madre incluso a decirle que su madre biológica murió cuando dio a luz.

Con la ayuda de un abogado, Carla logró hallar su partida de nacimiento y conocer sus apellidos y sus orígenes. Hace tan solo cuatro años, Carla se convirtió en madre y empezó a entender a la mujer que le dio en adopción cuando era un bebé. Ahora, Carla llega hasta ‘Hay una cosa que te quiero decir’ para intentar conocer a su madre biológica. Sin embargo, Carla se ha encontrado con una sorpresa que no esperaba…