Andrés, de 49 años nos ha contado su historia en directo en ‘TardeAR’, el que se dio cuenta de que algo no iba bien hace unos seis años. Después de extirparle un tumor en la cabeza, su vida dio un giro de 180 grados: no tiene memoria inmediata durante las 24 horas del día.

El primer síntoma lo padeció en febrero de 2018 cuando iba en el coche con unos amigos. No los reconocía ni tampoco sabía a dónde iban: “Conduciendo me quedé en blanco, como si me hubieran borrado. Al cabo de un minuto recuperé la conciencia y tiré a casa. El problema es que esto me empezó a suceder cada vez más y me daban como veinte o treinta ataques de este tipo cada día, al final después de recurrir a muchos médicos detectaron un tumor cerebral profundo”.

La operación fue de este tumor fue bien, pero le dejaron un trozo de cerebro hueco y las neuronas no se reproducen y se pierden, como nos contaba: “La función que tenían esas neuronas en ese momento ya no las puedo ejercer porque ya no las tengo, se complica todo lo que tiene que ver con a función compleja de esa zona. Estoy muy bien respecto al tumor, pero me falta un trozo de cerebro y eso complica todo mucho más”.

El que nos explicaba cómo es su día a día, entre otras cosas no puede hacer dos cosas a la vez. Si cocina y suena el timbre se le olvida que estaba cocinando: “Si hay otro estimulo, me impide recordar lo que estaba haciendo. El día está lleno de estímulos diversos y esto interrumpe constantemente cualquier cosa que esté haciendo y dificulta mucho centrarte en una acción concreta y esto alarga mucho el día”.

“Cuando tengo algo más importante, tengo un calendario vital que me impuso mi neuróloga, me lo anoto todo lo que tengo que hacer al día siguiente”, nos explicaba, aunque asegura que si es algo “muy trascendente” si suele recordarlo.