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Las lágrimas de Julián Muñoz al hablar de la muerte y mandar un mensaje a su familia: "Soy feliz y no me lo quita nadie"

En esta entrevista póstuma, Julián Muñoz también quiso hablar de la muerte, algo que, a pesar de haberlo negado le daba mucho miedo, eso sí, deja palabras de agradecimiento a su familia y a la vida que le pagó con felicidad.

"Esta entrevista se va a emitir cuando tú ya no estés, ¿cómo quieres que te recuerde tu familia?", le preguntaba Santi Acosta al final de esta entrevista, momento en el que Julián Muñoz se emocionaba mucho: "Podría decirte que viví a mi manera, pero no fue buena, fue una manera muy egoísta y la vida me pagó con felicidad. No hay que poner nada en el epitafio: 'Aquí, descasa, punto".

Julián aseguraba que se marchaba en paz: "Pagué mis deudas con la justicia, excesivamente pagadas y, el resto, no hice daño a nadie, por tanto, me voy en paz y, sobre todo, feliz".

El que aseguraba que le daba igual cómo fuera su entierro: "Después de que te mueres que más da. En plan de broma, o no, a mi entierro con invitación, el que no esté apuntado no entra". Lo que sí pedía es que no quería enterarse de su muerte: "Que me duerman, que no tenga dolores y que descanse en paz". Momento en el que recordaba que mintió cuando dijo que no tenía miedo a la muerte: "Lo dije muy valiente, es mentira, no quiero enterarme".

"He sido muy feliz, si me hubieran dejado hubiera seguido siendo feliz. Tuve una faceta feliz, otra que ni quiero saber, me produce salpullidos, me produce daño. Esta es la tercera fase de mi vida. Soy consciente de la cantidad de enfermedades que tengo, que me podía haber muerto por cualquiera, pero parece que cuando te pronuncian la palabra tumor que te acojonas mucho más", relataba.

Y, se emocionaba tremendamente al hablar esta última etapa de su vida: "¿Sabes lo que es a los 76 años que te encuentres enfermo y medio solo y que, de pronto, haya unas manos que son tu familia que te la tienden? No puedo perder la oportunidad de ser feliz, me importa un carajo lo que digan de mí, lo que quieran decir. Soy feliz y esto no me lo quita a mi nadie".

Lágrimas que no cesaban al decirle unas palabras a su familia: "Maite, que sigas siendo el epicentro de la familia, es una buena tía, de verdad que sí. A mis hijas no sé cómo pagarles, tengo cariño, amor y mucha confianza con ellas, un sentimiento de que quiero irme tarde".

Y, así, terminaba esta entrevista, completamente emocionado y con un emotivo abrazo con Santi Acosta.