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Una exnarcotraficante relata conexiones entre clanes de norte y del sur de España: "Vino con una mochila de 300.000 euros"

Una exnarcotraficante que formó parte de un clan del norte que se dedicaba a suministrar lanchas semirrígidas y motores a los clanes que operan en el estrecho rompe su silencio en 'Vamos a ver'. Habla de conexiones en el sur y relata cómo recibía dinero en efectivo para luego hacer transferencias bancarias de enormes sumas de dinero.

La mujer nos habla del "patrón", que le pedía que no le llamara por su nombre y que utilizara el apodo "Guchi".

Nos cuenta que durante el tiempo que estuvo en la banda, este hombre viajó en al menos dos ocasiones a Colombia y Brasil y también asegura que le acompañó a locutorios para hacer "envíos de dinero" a estos países.

"El presumía de que cocaína podía conseguir la que quisiera, que tenía conocidos", relataba y aseguraba que la forma más fácil de hacerla llegar era a través de "submarinos".

Además, asegura que tenía contactos: "Conocía a personas grandes de Galicia, alcaldes, personas que trabajaban en la política, siempre decía 'si quiero, tengo relación con él para pedirle lo que haga falta (...) Él, lo que se proponía y quería, lo tenía".

Afirma que su marido le acompañó a las vías del tren a donde arrojó "paquetes cuadrados alargados" y relata también viajes en furgoneta al sur: "Decía 'tú tranquilo, que va a ir un coche delante por si hay cualquier cosa".

¿Cómo enviaba el dinero?

"Siempre el negocio era entre el sur y aquí", aseguraba esta mujer que nos hablaba también de su papel en la banda: "Me preguntó si le podría hacer el favor de pagar alguna factura, yo le decía que sí y él me traída dinero a casa".

Habla de cantidades que van desde los 10.000 hasta los 70.000 euros y cuenta que se los llevaba en bolsas de plástico, mochilas o incluso envasados al vacío: "Me daba el numero de cuenta y me decía cuál era el concepto que tenía que poner y siempre era pago de facturas, lo que sí, siempre me pedía de pagarlo por el cajero, nunca accediendo entro del banco".

Lo máximo que ingresó en un día fueron 50.000 euros, pero llegó un momento en que se negó a hacer lo que le pedían: "La última vez que le dije que no, se me presentó en casa con una mochila de 300.000 euros".

La banda acabó cayendo y ahora están a la espera de que se produzca el juicio.