Merche, de 62 años, llega a 'First Dates Hotel' dispuesta a encontrar el amor. No pasa desapercibida, "por suerte o por desgracia". De hecho, asegura que "a veces crea un poco de envidia". Es muy coqueta y presumida, y sale de casa siempre 'hecha un pincel'. Busca alguien que le guste viajar, la playa y si ya sabe bailar, "perfecto". Además, no ha tenido mucha suerte que digamos en el amor. Sus dos primeras parejas fallecieron y, con la tercera, no salieron muy bien las cosas.
Se iba a reencontrar con Andrés, de 72 años, quien se considera "un oficial y caballero con una mujer": "En todos los aspectos... si tengo que ir a comer o algo soy yo el que paga". Su mujer murió hace 19 años y tiene "tres hijos maravilloso". Merche se llevaba una buena impresión al verle, igual que Andrés. Tras brindar, pasaban a la mesa en donde iban a degustar una deliciosa cena e iban a charlar tranquilamente.
Además, han hablado de sus pasiones. Andrés le confesaba a su cita que lo que más le gusta es viajar por España y le adelantaba que no fuma ni bebe. "Estás muy bien conservado", le decía Merche, que le decía también sus aficiones. Una de ellas, viajar en autocaravana. Hemos vivido un momentazo cuando Merche se ha encontrado un ajo: "Si te beso... ¿qué va a pasar?".
Y es que la cita iba tan bien que hasta Andrés le desvelaba que estaba muy a gusto: "¿Te has dado cuenta de que yo miro mucho a la cara?". "Si te das cuenta, yo siempre te miro...", señalaba por su parte Merche. "Tienes los ojos muy bonitos", le decía Andrés, para después añadir que le caía bien. Al llegar la camarera, Merche bromeaba al ver que se iba a llevar el plato de su cita entero: "Se ha enamorado y no tiene hambre". Algo que repetía Andrés: "Me he enamorado y no tengo hambre".
Por último, Carlos Sobera les proponía terminar la bonita velada bailando. Y cómo no, ambos aceptaban. Antes tenían un bonito encuentro en el jardín de 'First Dates Hotel'. "Yo me he enamorado, todo lo que tenga que decir ya sobra", confesaba Andrés. Un Andrés que se quedaba a cuadros cuando Merche le decía que esta noche dormirían cada uno en su habitación. "Poquito a poco", decía Andrés, a quien le había faltado "un besito" o "una caricia". Finalmente, los dos bailaban arrimaditos y todavía con los nervios a flor de piel. ¡Aquí hay amor! En la decisión final, ambos coincidían en una cosa: quieren seguir conociéndose. ¡Y que así sea!