Logo de telecinco
telecincoLogo de ¡De viernes!

¡De viernes!

telecinco

Mayte García, exmujer de Cañizares, recuerda el mensaje de despedida que le dio a su hijo antes de fallecer: "Le di permiso para marcharse"

  • Mayte García y Santiago Cañizares perdieron un hijo a los cinco años

  • El pequeño Santi Cañizares sufría un tumor cerebral que le costó la vida

  • Mayte García recuerda el duro proceso que vivió para aceptar la muerte de su hijo

En marzo del año 2018 falleció Santi, el hijo de cinco años de Santiago Cañizares y Mayte García tras luchar contra una enfermedad (un tumor cerebral) por más de un año. Esta dura pérdida sacudió a la familia y, en verano del 2021, el matrimonio anunció su separación. '¡De viernes!' entrevista a Mayte, que nos relata el infierno que vivió durante aquellos años.

Durante su entrevista, cuenta Mayte que el pequeño comenzó a sufrir vómitos y a convulsionar: "Entró en coma, le hicieron una resonancia y ahí me dijeron que tenía un tumor cerebral. Al día siguiente le dieron tres infartos cerebrales. Le operaron a vida o muerte. Eso fue la hostia porque se aferró a la vida, no se quiso morir. Se podía haber muerto perfectamente".

En ese momento, Mayte reconoce que cambió el chip porque necesitaba que su hijo le viera feliz, ya que, al ser tan pequeño, llevaba la carga de saber lo que estaba pasando y, para colmo, veía a sus padres llorar continuamente: "Fui valiente porque, si él lo ha sido, yo tengo que serlo. Ese fue mi mantra durante los 18 meses que mi hijo luchó por su vida y por enseñarnos el camino de la vida".

El mensaje de despedida de Mayte García a su hijo antes de fallecer

"Los cinco años que me ha regalado Santi, para mí valen oro", confiesa, pero esto no fue fácil de aceptar. Mayte nos cuenta las distintas fases de rabia, impotencia y cabreo por las que pasó. Durante este proceso, Mayte recuerda dos episodios muy duros en los que su hijo sufrió varias paradas cardiorrespiratorias:

"Me dijeron que Santi no se iba por mí, porque se aferraba a mí y que no podía ser tan egoísta. Eso me marcó la vida. Entonces, lo cogí una tarde y le di permiso, el permiso que nunca deberíamos darle a nuestros hijos. Y, sobre todo, le di las gracias por todo lo que me había enseñado y le di permiso para marcharse... lo más duro", confiesa emocionada.