Hace 17 años, Antonio desapareció y fue raptado por unos feriantes portugueses que le explotaron laboralmente, le retuvieron contra su voluntad y le estafaron hasta 100.000 euros en ayudas que pedían a su nombre por su discapacidad. Begoña, su hija, ha estado 21 años buscándole incansablemente hasta que por fin pudieron dar con él. Tanto Antonio como Begoña han acudido al plató de 'TardeAR' para contar cómo han sido todos esos años en los que estaba preso y sin su hija.
Antonio comienza contando a Ana Rosa que su hija la estuvo buscando constantemente mientras él se encontraba en la casa de "esos señores", unos feriantes portugueses que lo raptaron y lo esclavizaron. "Vivía allí en su casa, en una habitación con un colchón, una mesita y un baño", cuenta al programa el padre de Begoña.
Sobre si se sentía maltratado, explotado y con ganas de querer salir de ahí, Antonio afirma rotundamente que quería irse de allí, pero no contaba ni siquiera con un teléfono para llamar a nadie ni nada. "Conocí a su hijo en Pamplona en la estación de autobús. Estuve con él... hacía tres días que no había comido... Estaba durmiendo en un parque porque unos señores me llevaron a trabajar una semana. Hicimos el trabajo, yo fui de peón. Me dicen que me espere en la parada de autobús para cobrar, pero nunca me pagaron", cuenta Antonio cómo conoció al hijo de los feriantes portugueses que le detuvieron.
Tras la intervención de Antonio, Begoña cuenta cómo desapareció su padre cuando ella tenía tan solo 15 años: "Primero, yo estuve en contacto con él porque yo vivía en Bilbao. Cuando ya me tuve que venir a Reinosa con mi madre, de repente, en un día, bajé a verle y ya no estaba. Había desaparecido. Nadie sabía nada de él. Es como si le hubiera comido la tierra".
Begoña, una vez se da cuenta de que su padre ha estado desaparecido, no se cansó de buscarle y le enviaba cartas semanales por Facebook. Es entonces cuando se pone en contacto con 'SOS Desaparecidos', quienes le ayudaron a activar la denuncia y encontrar a su padre desaparecido.