La grave enfermedad de un hijo de 22 años ha roto a una familia entera. El joven de esta historia sufre varios trastornos y cuando tiene alguna crisis se pone agresivo, pega a sus padres y destroza todo lo que hay a su paso. Esto ha provocado la ruptura y el divorcio de la pareja.
Después de cinco años esperando una plaza en una residencia especializada, Arancha, la madre, cree que si la Junta de Andalucía no hace algo, puede perder la vida. Las lesiones que padecen los padres por culpa de la enfermedad de su hijo suelen ser mordiscos y arañazos.
El hijo tiene autismo y una discapacidad intelectual hereditaria del 97%. Tiene el nivel de dependencia más alto que existe y su agresividad ha ido aumentando con los años. Por otro lado, si le da una crisis puede llegar a autolesionarse también a sí mismo, incluso ha llegado a morder a una cajera de un supermercado.
Arancha, la madre del joven, ha estado en el plató de 'TardeAR' junto con Ana Rosa para contar de primera mano la difícil situación que está viviendo con su hijo. "Hace siete años tomamos la decisión de que no íbamos a poder con nuestro hijo y que queríamos que estuviese en un centro especializado", le ha comentado a Ana Rosa.
La madre del joven con autismo ha explicado que fue algo muy difícil para ella: "Es una decisión durísima. A mí me costó muchos años tomarla. Sin embargo, la Junta de Andalucía no le ha adjudicado una plaza todavía: "Hubo un proceso de unos dos años de todo el papeleo para que le adjudiquen una plaza".
Arancha ha señalado que la agresividad del joven ha aumentado por un motivo: "A nuestro hijo le empiezan a dar crisis epilépticas, se nos moría. Ha sido muy grave. Priorizamos la epilepsia para que no le dieran esas crisis tan brutales porque no encontramos el medicamento que combine ambas cosas. La vida es más importante a que te muerda".
La madre, con mucha tristeza, ha contado que tiene miedo por la vida de su hijo: "Él tiene mucha ansiedad, es muy poco tolerante. Cuando se le lleva la contraria muerde. A mí no me da miedo mi hijo, me da miedo por él. Una madre está inmunizada al dolor. Lo único que no quiero es que a él le pase algo. Él se da cabezazos y se muerde, tiene los brazos destrozados".
Por último, Arancha ha reiterado que sigue muy enfadada esperando la plaza para que su hijo se quede interno en un centro especializado para personas con autismo: "Me hierve la sangre porque no va la Junta de Andalucía a concertar esa plaza y a autorizar ese centro".