El infierno de una comunidad aterrorizada por las amenazas y ataques de una vecina: "Si no hay sangre no se puede hacer nada"

Desde hace siete años, varios vecinos de una comunidad de Santa Coloma de Gramanet viven soportando insultos, amenazas e incluso agresiones de otra vecina. La amenaza a la que más recurre es a la de arrojarles una bombona de butano.

Su nombre es Yasmín, vive con la música a tope las 24 horas del día, tira objetos por la ventana y los lanza desde la calle contra las viviendas de sus vecinos. Lo cierto es que desde que llegó al barrio hace ya siete años, agrede física y verbalmente a todo aquel con el que se cruza.

Durante el día se pasea prácticamente desnuda por la calle y sus provocaciones y faltas de respeto no cesan ni en la madrugada. La Policía acude prácticamente a diario a su vivienda, aunque se ven obligados a trepar por la fachada porque se niega a abrir la puerta. Los agentes tampoco se libran de sus ataques. Yasmín les recibe arrojándoles todo tipo de objetos.

Y, aunque consiguen detenerla, su detención no se prolonga durante mucho tiempo. A los pocos días vuelve a casa y, una vez más, trae consigo el caos.

Los vecinos afectados, sin solución

'TardeAR' se ha desplazado hasta el municipio barcelonés para hablar con todos los vecinos afectados: "Estamos en estado de ansiedad, sin descansar, es todos los días del año a todas horas", cuenta una de las vecinas. "Llevan siete años viviendo aquí y llevamos ya cuatro así. Y no nos dan solución", continúa.

A día de hoy ya han recurrido tanto a Policía, como a los Mossos y al Ayuntamiento, pero nada frena sus amenazas: "La última sentencia es de unos chicos jóvenes del bloque a los que ha amenazado de muerte. Ella estaba embarazada y le dijo que le quitaría con un cuchillo a su niño de la barriga. La condena para esta señora es de seis euros al día durante seis meses", apunta otro de los vecinos.

"Anoche me retaba a mí desde el balcón, diciéndome que iba a sacarme los ojos. Parece que hoy o no están o están durmiendo y a esperar a que vuelvan", añade la primera vecina. "La Policía nos ha dejado caer que si no hay sangre no se puede hacer nada. Estamos muy cansados", continúa.

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