Tras la muerte de una mujer de 42 años en un hospital de Turquía por someterse a una operación estética, 'TardeAR' ha hecho una investigación exhaustiva de la mala praxis de los hospitales de este país a la hora de realizar las operaciones. El Ministerio de Asuntos Exteriores español ha advertido de que hay que extremar las precauciones.
Las redes sociales de estas empresas de cirugía estética están plagas de fotografías del antes y el después, y por otro lado, las ofertas de las operaciones son mucho más baratas que en España. Turquía se ha convertido en el epicentro del turismo estético, donde prácticamente una persona se puede reconstruir entera.
Algunas de las operaciones que se pueden hacer las personas son las siguientes: liposucción vaser, reducción de senos, sixpack e incluso todo a la vez. En las redes se publicitan con vídeos de clínicas modernas, pero cuando los clientes van allí se encuentran todo lo contrario.
Estas clínicas de Turquía rechazan todo tipo de llamas telefónicas y se comunican a través de mensajes de WhatsApp. "Entiendo que prefieras hablar por teléfono... Por ahora te haré algunas preguntas básicas", suelen preguntar en sus mensajes estas clínicas estéticas.
Lo que pretenden recopilar son los datos personales de las personas, como el sexo, la edad, la estatura y tras esto los clientes hablan con un supuesto médico que les otorga un presupuesto. Si los clientes insisten en bajar el precio, las clínicas suelen ceder. Sin duda, unos lugares que pueden llegar a ser mortales por las condiciones.
Ana Hernández ha comentado cómo fue su experiencia en una de estas clínicas estéticas en Turquía. "Hui despavorida", ha señalado en primer lugar. La víctima ha asegurado que los precios que te sugieren son muy baratas, algo que no cuadra para este tipo de intervenciones.
"Cuando vas allí y ves lo que hay te das cuenta de que es un mercado 'low cost' total", ha explicado Ana. Por otra parte, la víctima ha comentado que el hospital al que fue no era el mismo que había contratado: "El hospital que yo contraté no tenía nada que ver a donde me llevaron. Era como un hospital de aquí de hace 40 o 50 años, descascarillado, no había café..."
Ana ha dicho que quería operarse los pechos, por lo que contactó con ellos: "Quería hacerme una operación de pecho, fui buscando por Instagram, di con esta clínica y me pareció una de las mejores porque investigué durante más de un año. Todo era vía WhatsApp y me pasaron con una comercial".
Una de las cosas que más le llamó la atención fue cuando pisó el cuarto donde estaba el cirujano plástico: "Cuando entré en la consulta del cirujano allí habían estado fumando". Ana Hernández ha advertido de que hay que tener mucho cuidado con estos lugares de Turquía.
"Sobre todo lanzar este mensaje, que la gente piense con la cabeza que por muy barato que sea por algún sitio tiene que salir. Estás muy lejos de tu país, luego es muy complicado y te encuentras muy solo. Es muy peligroso, que se operen más aquí", ha manifestado Ana.