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Ana Rosa Quintana ha dejado las mañanas para arrancar ‘TardeAR’ con un estreno en el que la presentadora no solo se mojó y se puso del lado de las jugadoras de la selección, también se enfrentó a las críticas de su sobrino y su productor en la fila 0 y revelaba si, en alguna ocasión, le pasó lo que a la reportera de ‘En boca de todos’, que sufrió una agresión sexual en directo.
“Para mí hoy es una primera vez. Otra primera vez, después de 18 años dándoles los buenos días, hoy comienzo dándoles la buenas tardes”, empezaba a decir Ana Rosa Quintana.
Uno de los primeros temas del día fue la situación de la Selección Femenina de Fútbol y la presentadora era muy clara: “Hicieron un comunicado con toda la razón del mundo, pedían unas cosas y estaban esperando que les dieran respuestas. Lo que han pasado estas chicas, cómo les han tratado en la Federación es una vergüenza”.
Una de las apuestas de ‘TardeAR’ es la realidad aumentada. Gracias a esta tecnología, Laura Madrueño parecía inmersa en una gigantesca tormenta. Impresionada por el efecto, la presentadora bromeaba con su colaboradora: “Laura, muchas gracias. Te vamos a mandar un socorrista y además un paraguas, le está cayendo de todo”.
El programa también abordaba situaciones como la vivida por Isa Balado, reportera de ‘En boca de todos’ que sufrió una agresión en directo. Los colaboradores contaban si alguna vez les había pasado algo similar en un bar, una discoteca o en la calle y Ana Rosa decía: "Antes es verdad había muy poca vergüenza para eso. Siempre hay una solución que es la patada en los hue***”.
Gracias a la inteligencia artificial, todos hablaban fluidamente en otro idioma y, tras ver el vídeo, Ana Rosa bromeaba: “¿Has visto cómo hablo inglés? Es como este programa es todo inteligencia artificial, de la otra queda poca”.
‘TardeAR’ también tiene una fila 0 en la que, cada día, la presentadora quiere llevar a alguien cercano a ella. Esta vez le tocaba a su productor y a su sobrino, a quienes les pedía que fueran sinceros sobre el estreno del programa.
Se preguntaban dónde estaban las pantallas que faltaban, también por qué hay una mesa muy pequeña… Y ella hacía suyo el dicho: “Ese de donde hay confianza da asco ¡Pues dais asco!”