El INA trabaja en uno de los retos que se le plantea a la ciencia y a la sociedad actual: comprender cómo funciona el cerebro, un órgano compuesto por miles de millones de neuronas y es el órgano del cuerpo más complicado de entender. Su estudio proporciona pautas para comprender las bases biológicas de la conducta humana y funciones como la consciencia, las emociones, las sensaciones, el lenguaje o el control del movimiento.